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Soy optimista porque el pesimismo me deprime

Control de la Ira

Autor: Efraín Pérez León

 

Si vamos a hablar de optimismo, la pregunta obligada es ¿qué es el optimismo? Bien, se le llama así a una tendencia que pueden tener algunos individuos y que por ello ven y juzgan cualquier situación, acontecimiento o persona, siempre desde su aspecto más favorable. Se asocia, también, con el buen ánimo para interpretar los sucesos de la vida cotidiana, como en el caso de la pérdida del empleo. Un optimista piensa que conseguirá algo mejor en cuanto salga a buscar; ante una enfermedad, pensará en su pronto alivio; y ante cualquier otro obstáculo, que lo resolverá sin problemas.[1]


[1] Definición ABC http://www.definicionabc.com/general/optimismo.php

Decirlo parece ser más fácil que ser un optimista ¿No es cierto? Sin embargo, esto es posible si nos enfocamos en trabajar en lo que se conoce como la Tolerancia a la frustración. Y esto es una técnica que deberíamos aprender desde niños.

 

Alguien se preguntará quizá, como yo lo hice alguna vez ¿y eso qué es? Les daré un ejemplo. Una señora me dijo hace algún tiempo:

“Tengo problemas con mi hijo. Cuando desea algo, insiste terriblemente y recurre a los gritos y el llanto.  Y hasta que no lo obtiene, no se detiene. Termino cediendo porque me desespera terriblemente y grita como si se fuera a morir o le doliera algo. Lo que hace que me sienta culpable”.

 

Lo que relata la madre no es más que la poca o nula tolerancia a la frustración que tiene el niño. Y piensan los padres que si no se le cumplen los caprichos al hijo, se puede frustrar. Nada más falso que esto.

 

Tenemos que entender que al niño no le va a pasar nada si no obtiene lo que desea en esa ocasión, o que va a tener que esperar a una mejor ocasión.

 

Si preparamos a nuestros hijos a tolerar la frustración, serán más capaces de aceptar un rechazo sin desmoralizarse. Esto es importante porque, en la vida real, las cosas no se siempre se logran en el primer intento. Trátese de un juguete o una golosina cuando se es niño, el amor de una pareja cuando se está en plan de conquista, un aumento de sueldo, un empleo o una venta ya en el plano laboral.

 

Especialmente, los vendedores son personas que deben estar capacitados para tolerar la frustración. Con frecuencia reciben malos tratos, negativas, portazos y caras nada amables antes de lograr una venta.

 

Quienes alcanzan el éxito en la vida, son aquellos que no cejan en su empeño, con alta tolerancia al fracaso. Si deseamos lo mismo, no podemos ni debemos desmoralizarnos ante uno o mil rechazos. Para ello, es necesario tener una importante cualidad: ser OPTIMISTA.

 

En cualquiera de los casos mencionados anteriormente, debemos asumir que la otra persona a quien le estamos haciendo el requerimiento u ofrecimiento, o no está interesada, carece de los recursos o quizá está pensando en sus propios problemas y no se trata de un asunto personal, en contra de uno, y volvemos a intentarlo en otra oportunidad.

 

A diferencia del optimista, el pesimista tendrá muchas justificaciones negativas para explicarse por qué no consigue sus objetivos. Pensará quizá que le cae gordo a la otra persona, que es incapaz de lograr sus metas, que nunca logrará ser exitoso, que no nació para eso.

 

Los investigadores han invertido mucho tiempo estudiando a las personas que tienen una actitud positiva. Y descubrieron que tener una actitud positiva ayuda a la gente a ser feliz, tener más éxito y ser más sana. El optimismo puede proteger a las personas de la depresión, aún a aquellas que corren un riesgo mayor de sufrirla. [2]

 

El optimismo y el pesimismo son actitudes mentales aprendidas. Son las formas en que interpretamos los sucesos. Los optimistas no sólo ven el lado positivo de las cosas, disfrutan de ellas y buscan soluciones a sus problemas. El pesimista se predispone a que, haga lo que haga, las cosas saldrán mal, y si le resultan bien pensará que fue de casualidad y no se atribuye ningún mérito.

 

Debe quedarnos claro una cosa, la gente no es siempre optimista o pesimista; sin embargo, hay personas que tienden a ser de una manera o de otra. La buena noticia para los pesimistas es que no es un destino fatal. Todos podemos cambiar. Todos podemos ser un poco más optimistas modificando la manera en la que vemos y razonamos las cosas. ¿Y tú, eres optimista? 

 

[2] http://kidshealth.org/es/teens/optimism-esp.html

Si sientes que tu manera de actuar parece estar fuera de tu control, que es alarmante y observas que tu poco optimismo o baja autoestima se ha convertido en un problema, busca ayuda profesional tal vez la necesites para encontrar mejores maneras de lidiar con tu salud emocional. Recuerda que si no controlas tu baja tolerancia a la frustración, ésta puede conducirte a otros problemas emocionales que pueden minar tu salud física y psíquica, afectando tu vida social, laboral, etc…

En el Centro Alternativa Psicológica Integral te podemos ayudar, llámanos al (55) 6795-1043 o envíanos un correo a: informes@centroapi.com.mx