Terapia familiar · marzo 19, 2018
El ser humano acostumbra, desde su más pequeña infancia, apegarse a sus figuras más significativas, especialmente, a la madre. Pero no sólo nos apegamos a las personas sino también a muchas cosas. Nos apegamos a nuestros padres, a la familia, a nuestros maestros y amigos. Pero también lo hacemos con los objetos, los lugares, las experiencias… con todo aquello que nos trae recuerdos, particularmente, agradables.