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Siento que nadie me entiende, que a nadie le importo

Control de la Ira

Autor: Efraín Pérez León

 

La depresión, no es sólo un asunto de adultos, también está afectando emocionalmente a muchos niños y adolescentes. Hoy se sabe que la depresión infantil y adolescente puede surgir, como en los adultos, a causa de cambios importantes en la vida de la persona y debido al estrés como respuesta a muchas y diversas situaciones.

 

 

Los adolescentes propenden más a deprimirse, sobre todo, cuando su vida atraviesa por eventos estresantes como cuando tienen baja autoestima, son hijos muy autocríticos o tienen poco control sobre los acontecimientos negativos.

 

Las niñas adolescentes, por su parte, presentan un mayor riesgo de experimentar depresión que los niños. Así también, una historia familiar donde existan antecedentes de depresión pone en riesgo a los adolescentes.

 

Entre los eventos que pueden causar depresión en los adolescentes, se encuentran: la agresión o acoso escolar, el abuso o maltrato físico o emocional, el déficit de habilidades sociales, las dificultades de aprendizaje, enfermedades crónicas, errores de crianza o cuidados deficientes y acontecimientos estresantes como la pérdida de uno de los padres por muerte o por divorcio.

 

Muchos adolescentes con depresión suelen presentar trastornos de ansiedad, trastorno de déficit de atención con hiperactividad (THDA), trastorno bipolar o trastornos alimentarios (bulimia y anorexia), etc.

 

La depresión puede cambiar la forma como los adolescentes se ven a sí mismos y a sus vidas, así como a las personas de su torno. Estos jóvenes, por lo general, ven todo de forma más negativa y asumen que los problemas no tienen soluciones favorables.

 

En cuanto a los síntomas, todos o algunos pueden estar presentes, como los cambios en el apetito, poca o nula concentración, dificultad para tomar decisiones, episodios de pérdida de la memoria, fatiga, sentimiento de agitación, inquietud e irritabilidad, baja autoestima, desesperanza, tristeza u odio hacia sí mismo, pérdida del interés o placer en actividades que antes fueron divertidas, pensar o hablar acerca del suicidio o la muerte, problemas para dormir, sueño excesivo o somnolencia diurna, actitud desafiante, conducta delictiva, comportamiento irresponsable, rendimiento escolar deficiente; baja en las calificaciones, distanciamiento de la familia y los amigos, consumo de alcohol u otras sustancias ilegales. El suicidio es un riesgo latente en estos adolescentes con depresión.

 

La depresión en niños y adolescentes es, a menudo, difícil de diagnosticar, debido a que los adolescentes sin depresión tienen altibajos en su estado anímico, los cuales pueden alternar en cuestión de horas o días. Y a veces, cuando se les pregunta, dirán que no están tristes.

 

Los adolescentes con depresión deben estar atentos a cualquier signo que indique que su condición está empeorando y reaccionar cuando esto suceda. Se recomienda practicar actividades recreativas como el deporte u otra que les proporcione un disfrute o distracción. El uso y/o abuso de alcohol o fármacos afectan al cerebro del adolescente con depresión, empeorando, con el tiempo, la condición depresiva, pudiendo alterar su capacidad de discernimiento respecto al suicidio.

 

Si usted, o algún familiar, se encuentra en situación de riesgo, hable con alguien de confianza respecto a cómo se está sintiendo, y procure acercarse a personas afectuosas y positivas.

 

 

Casi todos los adolescentes con depresión se benefician de algún tipo de psicoterapia, la cual favorece para hablar de sus sentimientos, pensamientos y preocupaciones, y aprender formas para manejarlos adecuadamente.

Recuerda que, si requieres apoyo y guía para mejorar tu relación familiar, en el Centro Alternativa Psicológica Integral te podemos ayudar. Llama al (55) 6795-1043 o envía un correo a informes@centroapi.com.mx