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¿Sirve de algo quejarse?

Control de la Ira

Autor: Efraín Pérez León

 

¡Maldición! ¡No hay nada que ver en la tele!, “¡Me lleva, el precio de las tortillas volvió a subir!”, “Mi jefe me odia”, “¡Qué calor hace hoy!”, “¡Qué día tan horrible!”, “Uff, va a llover de nuevo”, “Tengo mucho trabajo”, “Nadie me llama…”.

Éstas y muchas otras quejas como las anteriores las escuchamos con frecuencia.  

¿Sirve de algo quejarse?  De qué sirve quejarse si no lo hacemos con la persona indicada.

 

Si tienes quejas de tu pareja, háblalo con tu pareja. Si tu queja es con tu jefe háblalo con él. Si tu queja es con el vecino, negócialo con el vecino. De qué sirve quejarse si lo hacemos con la persona que no puede hacer nada por ti.

 

Es cierto que existen múltiples y diferentes tipos de queja, y que algunas pueden ser hasta justificables. Sin embargo, hay otras quejas que solamente demuestran una actitud pesimista, en la que determinadas personas se victimizan ante casi cualquier situación. A este tipo de personas nada parece agradarle o satisfacerla.

 

¿Alguien está exento de problemas?

 

Sabemos que nadie, absolutamente nadie, está exento de tener problemas. Aunque otra de las causas por las cuales la queja continua está presente, es debido a la falta de empatía. Creemos, irracionalmente, que merecemos más que los demás y si no obtenemos lo que queremos, la queja surge automáticamente.

 

El investigador y doctor en psicología, Guy Winch, afirma que las personas que se quejan de muchas cosas sienten que la vida no les trata como merecen o que es injusta con ellas, busca la compasión y la validación emocional de los que la rodean al ver al mundo como negativo y su reacción se ajusta a tales circunstancias.

 

Winch sugiere tres pasos para tratar al quejumbroso:

 

  1. No tratar de convencerlos de que las cosas no son tan malas. Esto sólo los motivará a buscar más cosas malas para justificar su posición.
  2. La forma más rápida para callar al quejumbroso es reconocerle que sufre, validar lo que siente y expresar simpatía por su causa y luego cambiar el tema.
  3. Evitar dar consejos o soluciones, hay que reforzar la empatía y distinguir cuando la queja es genuina, en este caso, la ayuda o consejo será bien recibido.

 

 

 En resumen, hemos visto desde dos puntos de vista el aspecto de la queja y el quejumbroso:

  • Si tenemos una queja, aclaremos el asunto con la persona que nos lo puede resolver, no con otras.
  • Tomemos la vida de manera positiva, la vida no es justa ni injusta, es lo que es. Somos nosotros quienes asumimos los eventos de una forma positiva o negativa.

Y tú, ¿de qué te quejas?

Si estás en una situación parecida a la que se menciona en el artículo, podrías tener algún problema emocional que te convierte en una persona tóxica para otros, a causa de alguna inseguridad o insatisfacción. 

 

Si requieres de ayuda profesional cuando las cosas parecen escapar a tu control, recuerda que en el Centro Alternativa Psicológica Integral contamos con experiencia en el tema y te podemos ayudar.

 

Llama al (55) 6795-1043 o envía un correo a: informes@centroapi.com.mx