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¿Se aprende la autoestima o se nace con ella?

Control de la Ira

Autor: Efraín Pérez León

El comportamiento común de un niño es el de investigar su entorno y manipular tooodo lo que caiga en sus manos. Sin embargo, para algunos padres esta conducta puede llegar a ser molesta. Esperamos de los niños una conducta más “madura”; que sean estudiosos, alegres, sinceros y responsables.

 

Recuerden padres, los niños no son adultos pequeños.

 

Aunque debo decir que sí es posible educar niños más responsables, pero debe hacerse sin renunciar a su independencia e inquietud infantil. Y eso es posible lograrlo a través del juego y la motivación.

La motivación, parte importante

 

La motivación impulsa a las personas a actuar y proponerse objetivos en la vida. Una persona que cuenta con buena autoestima reconoce sus metas y busca los medios para conseguirla resolviendo los inconvenientes que se le pudieran presentar. Por el contrario, las personas con baja autoestima carecen de dicha motivación, y renuncian a todo aquello que implique esfuerzo, conduciéndolos al fracaso y a menor autoestima.

Es justamente, durante la infancia, cuando los padres deben estimular la autoestima de los niños, motivándolos a tomar pequeñas decisiones y llevarlas a cabo, demostrando confianza en sus habilidades y capacidades. Por supuesto que el niño puede equivocarse y fallar, pero para eso están los padres, para motivarlo, guiando y corregir sus errores, para alcanzar el éxito. Pero, cuidado, las metas que se le pidan al niño deben ser alcanzables, de otra manera, lo estaremos guiando al fracaso, a la depresión y con mucha seguridad a una baja autoestima al reconocerse como incapaz de lograr sus metas.

 

El daño que hacen las Frases  Negativas

 

Con frecuencia, los padres utilizamos frases negativas, incluso, con la mejor intención de mejorar su comportamiento. Sin embargo, logramos exactamente el efecto contrario al que deseamos. Quizá porque las decimos en la forma, momento y/o lugar inadecuado, produciendo humillación y rechazo, reforzando una actitud negativa.

Los padres debemos ser muy cuidadosos con lo que le decimos y cómo lo decimos a los niños para evitar una conducta reactiva. Evitemos frases negativas como: “eres un niño muy desordenado”, “siempre te la pasas fastidiando”, “deberías de aprender de tu primo Juan”, y otras más. Lo recomendable es que les demostremos nuestro interés y cariño.

 

Recomendaciones efectivas

Enseguida, ofrecemos algunas recomendaciones:

  • Es muy importante tomarlos en cuenta y dedicarles nuestro tiempo y atención. Si estamos de paseo con ellos, deja a un lado tu teléfono móvil y disfruten de su compañía.
  • Si debes corregir sus errores, hazlo de manera asertiva. Sin chantajes emocionales, con cariño, sin gritos y sin dañar su autoestima.
  • Fomenta su autonomía dándoles responsabilidades; que tomen pequeñas decisiones que no pongan en riesgo su integridad.
  • No les compares con nadie. Todos tenemos diferentes habilidades y capacidades y cada quien aprende a su propio ritmo.
  • No les pongas etiquetas como “torpe”, “malo”, “tonto”. Enséñales si no saber hacer algo, en vez de regañarle.
  • No exageres en calificativos como “el más listo” “el mejor de…” o “el más inteligente” porque el niño se da cuenta cuando no es sincera, o bien, se sentirá como un fracasado si falla. Reconoce lo que haya hecho bien y estimúlalo a seguirlo haciendo.
  • Establece límites claros y definidos en su relación y sé consistente con ellos. Si premias o castigas por algo, hazlo siempre que se de en las mismas circunstancias para evitar confundirlo.
  • Valora el esfuerzo, no los resultados. Esto les hará sentir bien y elevará su autoestima.
  • Atiende a sus emociones. Si el niño tiene algún problema o accidente, atiéndelo, sin exagerar pero sin restarle importancia.
  • Dedícale el mismo tiempo a cada uno de tus hijos sin mostrar preferencias. Dales muestras que les importas y cuánto.

 

Las anteriores recomendaciones, suelen ser de mucha ayuda para guiar a los niños en su desempeño y buena autoestima, mejorando su autoeficacia presente y futura.

 

En conclusión: ¿Se aprende la autoestima? Por supuesto. La autoestima se aprende, pero se aprende haciendo, no se aprende con sólo leerlo o recitando lo que se debería hacer. Y de preferencia, desde la más tierna infancia.

 

Como dijo el poeta Antonio Machado: "Caminante, no hay camino, se hace camino al andar". 

El papel de l,os padres en la autoestima de los niños, marca su desempeño presente y futuro. Una baja autoestima puede conducir a los niños a problemas de estrés, depresión y otros trastornos del ánimo, mientras que una buena autoestima les infunde confianza en sus propias capacidades, que no se deje manipular por nadie, ser más sensible  a las necesidades de los demás y, entre otras cosas, a defender sus principios y valores.

Recuerde, en el Centro Alternativa Psicológica Integral te podemos ayudar. Llama al (55) 6795 1043 o envía un correo a: informes@centroapi.com.mx